Que la botella esté medio llena o medio vacía depende del observador. Y que las nuevas leyes 39/2015 de Procedimiento administrativo Común y 40/2015 de Régimen Jurídico del Sector Público sean buenas o malas, depende igualmente del jurista que las valora y de la perspectiva.
Ni todos los preceptos de las nuevas leyes son malos ni todos buenos, ni tienen idéntica eficacia ni vigencia. Puede que algunos valoren positivamente las innovaciones de administración electrónica y que otros añoren los preceptos esfumados de la administración de papel; otros se deslumbrarán con las garantías nuevas y otros sufrirán por la amenaza de preceptos oscuros.
No hay un baremo objetivo que permita dar el aprobado o suspenso en bloque a una Ley, aunque es evidente que hay leyes de factura técnica mejor y peor, y de mayor acierto o grado de eficacia. Además creo que cualquier nueva ley administrativa imaginable será objeto de…
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