Teresa, madre de Julia y Paula, había tenido la mala suerte de enviudar cuando su marido acababa de jubilarse -Luis, una persona humilde y trabajadora que había sacado a su familia adelante-. Luis había fallecido prematuramente, en los tiempos que corren, a la edad de 67 años. Una terrible enfermedad había cambiado su destino y la vida de sus seres queridos en escasos meses.
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