En realidad la presente entrada debería titularse “Accesibilidad en el uso de la firma: la clave para que se tramite de forma electrónica”, porque el 50% de esta reflexión haría referencia a la atención presencial. La conclusión por adelantado es que, para que la administración electrónica sea usable, a los pacientes ciudadanos que esperan su turno en las nuevas OAMR les debemos facilitar al máximo su firma para que esta se pueda incorporar a un documento que ya nace electrónico (dejemos la digitalización para la documentación anexa), mientras que a los usuarios telemáticos deberíamos exigirles sistemas de firma de uso sencillo, no “de tarjeta”. Por eso, a medio plazo, a todos ellos deberíamos facilitarles sistemas de identificación, no necesariamente de firma (aunque ya sabemos que la Ley de procedimiento lo pone difícil).
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