
Una tarde cualquiera de esta semana atendí a una pareja que iba a contratar una financiación. Me visitaban para recibir el asesoramiento previo a la firma de un contrato de financiación hipotecaria. Es lo que en la notaría llamamos un «acta de transparencia». En esta ocasión habían solicitado, por motivos del COVID-19, que se les atendiera en la zona exterior que tenemos habilitada en la notaría. Les acompañaba su hija y querían exponerla lo menos posible, a fin de evitar un eventual contagio. Desde el primer momento implementamos, como procede, el correspondiente protocolo COVID-19, a fin de minimizar, en lo que nosotros dependa, la propagación de la enfermedad.
El matrimonio, especialmente, la esposa, llevaba muy estudiado el préstamo hipotecario que iban a contratar. Contra lo que, por desgracia, suele suceder, se habían leído toda la documentación, la traían subrayada y con distintas dudas que plantear. Este tipo de trámite…
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