
Los padres fundadores de los Estados Unidos (que, pese a haber venido al mundo en el ecuador del siglo XVIII tenían mucha más visión, inteligencia y sentido de estado que el noventa y cinco por ciento de la clase política actual), a la hora de articular la representación en el legislativo, no sólo impusieron una edad mínima de acceso y un dilatado periodo de ciudadanía (treinta años de edad y nueve de ciudadanía estadounidense en el caso de los senadores; veinticinco años y siete de ciudadanía en el caso de los miembros de la Cámara de Representantes) sino que en ambos casos se exigía que el candidato: “sea habitante del Estado en el cual se le designe, al tiempo de la elección” (Artículo I, Secciones Segunda Párrafo Segundo y Tercera Párrafo Tercero); en el caso de la presidencia, los requisitos se agravan aún más, puesto que a diferencia…
Ver la entrada original 1.700 palabras más