Leo la noticia de que en varias playas asturianas han tenido lugar incidentes de algunos bañistas intolerantes frente a los socorristas que intentaban evitar el baño en zonas donde ondeaba la bandera roja alertando del serio peligro de la mar; en expresivas palabras del concejal del Ayuntamiento de Llanes: «ha habido enfrentamientos, insultos, descalificaciones de personas que querían entrar al agua por narices», e incluso los socorristas tuvieron que recabar el auxilio de la policía local.
El telón de fondo de este problema radica en la educación cívica y en la errada convicción en algunos ciudadanos que se creen con derecho a cuestionar la norma si la consideran injusta.
Es cierto que desde los clásicos el derecho de desobediencia al tirano siempre ha contado con amparo en la razón y el derecho natural, pero muy distinto es el escenario actual de queja y anarquía frente a cualquier molestia reglamentaria. Ante…
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